Toluca, Estado de México; 04 de marzo de 2021.-
En total, en 2019 se perdieron al menos 931 millones de toneladas de alimentos en 54 países. El desperdicio de comida se da en particular en los hogares, los restaurantes y los comercios, según un informe del Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA), junto a la ONG británica Wrap.
Según un Índice Global de Desperdicio de Alimentos, en 2019 se generaron unos 931 millones de toneladas de residuos alimentarios en todo el mundo, lo que equivale al 17 por ciento de todos los alimentos disponibles para los consumidores.
Con un 61 por ciento, la mayoría de los desperdicios se generó en los hogares. Los sectores del comercio minorista y los servicios de alimentación obtuvieron mejores resultados, generando un 13 por ciento y un 26 por ciento respectivamente.
Cabe destacar que el índice no tiene en cuenta la pérdida de alimentos, que difiere del desperdicio en que se produce durante la producción, el almacenamiento o la transformación del producto, que nunca llega al consumidor.
“Si queremos tomarnos en serio la lucha contra el cambio climático, la pérdida de naturaleza y biodiversidad y la contaminación y los residuos, las empresas, los gobiernos y los ciudadanos de todo el mundo tienen que hacer su parte para reducir el desperdicio de alimentos”, dijo el director ejecutivo del PNUMA, Inger Anderson.
El informe vuelve a centrar la atención en el desperdicio de alimentos justo seis años después de que la ONU acordara los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), un conjunto de metas que abordan la desigualdad mundial y el cambio climático y que tiene por meta la reducción a la mitad del desperdicio de alimentos per cápita en el mundo para 2030.
Los datos del documento de 2019 subrayan la magnitud del desafío en un mundo que vio al menos 690 millones de personas afectadas por el hambre en 2019. Y se prevé que esa cifra aumente a raíz de la pandemia mundial de Covid-19.
El informe destaca que las cantidades de residuos alimentarios en los hogares -que incluyen partes no comestibles como huesos y cáscaras- son muy similares en los países de ingresos altos, medios-altos y medios-bajos. Lo que rompe con la idea de que el desperdicio de alimentos es un problema en los países de altos ingresos, mientras que la pérdida de alimentos es más frecuente en los estados de bajos ingresos.
Con información de (AMX Noticias)